Verifica la tensión de los resortes. Si están demasiado sueltos o demasiado tensos, pueden afectar el equilibrio de la puerta y su capacidad para abrirse y cerrarse correctamente.
Mantiene la puerta y sus componentes limpios de suciedad, polvo y residuos. La acumulación de suciedad puede afectar el rendimiento y la eficiencia de la puerta.
Verifica que el sistema de apertura y cierre, ya sea manual o automático, funcione suavemente. Ajusta o reemplaza los mecanismos que presenten problemas.
Para puertas automáticas, verifica el funcionamiento de los sensores de seguridad. Estos sensores son cruciales para detener la puerta si detecta obstrucciones en su camino.